Hoy contamos con un tremendo relato que nos envía desde México Amina Ali de 31 años, que con su gran sonrisa como podéis ver en la foto, nos transmite mucha positividad, aunque esta enfermedad le haya dejado secuelas por la que lucha cada día para superarse y mejorar.

«Nací en Venezuela aunque vivo en Méjico, estudié turismo e idiomas y amo viajar, y, no me cabe dudas que lo hice por mi padre…

Padecí meningitis con tan solo año y medio de edad, mis padres al verme decaída me llevaron 3 veces al pediatra pero este al no detectar fiebre ni infección me envió de regreso a casa, fue entonces al cuarto día cuando fuí a urgencias inconsciente y después de hacer la punción lumbar, el doctor se lamentaba por no haberlo diagnosticado a tiempo, fue un caso atípico porque nunca hubo rastros de ninguna enfermedad, todo se complicó cuando ese mismo día por la tarde tuve un paro respiratorio y al vivir en un pueblo tan pequeño no había medios necesarios, fuimos al hospital más cercano que tuviera todo, estaba a una hora en carro, la enfermera que iba en la ambulancia solo contaba con una bomba manual así que gracias a ella, que nunca dejo mover su mano y mi padre que le ofrecía dinero por cada vez que lo hiciera, para que nunca parara, pude llegar a dicho hospital, después de eso caí en coma y tuve un edema cerebral, pasaron los días y el diagnostico era cada vez peor, los doctores hablaron con mis padres para desconectarme porque ya no tenían esperanzas y en ese momento reaccione, así que mis padres siguieron dando todo .

¿Por qué digo que estudie idiomas y turismo por mi padre? Fue porque mientras estaba inconsciente en coma, mi padre me decía al oído que después de salir de esto iba a viajar por muchos países, que iba a caminar por muchos destinos y seguro hablaría diferentes idiomas con personas de todo el mundo, algo muy motivador y lindo que me dio fuerzas y seguro que a mis padres también después de un diagnostico tan complicado.

Salí del hospital con secuelas en el lado izquierdo de mi cuerpo, después de alguna mala praxis, perdí la sensibilidad y la movilidad, así que no podía caminar y tampoco usar el lado izquierdo de mi cuerpo, mi mano digamos que entumeció, siempre fue creciendo, pero por muchos años mi puño se mantuvo cerrado.

En ese momento dijeron que no podría caminar. Los médicos decían que no podría hacer muchas cosas, tenía afectada el área del lenguaje y movimiento y, la ubicación en tiempo y espacio se me iba a dificultar, así que, ellos, mis padres, lo verdaderos guerreros, buscaron todas las opciones para mejorar y cuidar ese cerebrito que se había lesionado y había dejado secuelas. A pesar de que no dieron esperanza de que volviera a caminar ni hablar, enseguida comencé a hacer terapias de rehabilitación y lenguaje, hasta que un día me sostuve un poco y reforzaron aún más las terapias para caminar, entonces a los 6 meses ya caminaba.

Me hice desde muy pequeña por mucho tiempo, vegana, vegetariana y demás, porque un doctor les explico a mis guerreros lo importante que era mantener mi cerebro sano por medio de una buena alimentación, cosa difícil porque era una niña y no comía dulces, azúcar, aditivos ni enlatados por decir algunas cosas, así mismo vi vida fue creciendo entre doctores y terapias, deporte y dieta estricta, sanando con los años, perdi la cuenta y los nombre de tantas células que me han puesto, no podríamos decir cual fue la terapia o tratamiento que funcionó, y tampoco sé si fue mejor o peor que haya pasado todo eso a tan temprana edad, pero si se que eso me ayudo a llevar una vida saludable y armoniosa, a pesar de que tuve mucho bullying, con mi mano, que es donde más se puede notar la discapacidad que me quedó, crecí con amigos y una vida casi normal, solo que mi tiempo lo dedicaba a hacer deporte o buscando terapias alternativas para mejorar cada vez mi discapacidad, no puedo dejar de darle gracias a mis padres que jamás desistieron y fueron buscando lo que sea para que yo me sintiera mejor.»

Gracias Amina por relatar tu experiencia una vez más es una gran ayuda para otros afectados y para ayudarnos a prevenir esta enfermedad.

Toda la Asociación te manda un fuerte abrazo que cruza desde España a México.