De la curiosidad al cuidado: cuando las niñas empiezan con rutinas de belleza

25 Abr 2025 | Soy Padre/Madre

Durante la adolescencia, muchas chicas comienzan a interesarse por el maquillaje, el cuidado del cabello, las cremas o los perfumes. Lo que a veces puede parecer una simple moda pasajera, en realidad es una forma de explorarse, expresarse y construir su identidad.

🧠 ¿Por qué ahora les interesa tanto el maquillaje y el cuidado personal?

La adolescencia es una etapa de transformación profunda. Cambia el cuerpo, cambian las emociones, las relaciones y, con ello, también cambia la forma en que se ven a sí mismas y cómo desean ser vistas. En este proceso de construcción de identidad, el maquillaje y los cuidados estéticos no son solo una moda o una imitación superficial: son una herramienta de exploración personal. A través de ellos, ensayan quiénes son, qué les gusta y cómo se relacionan con su imagen y con el mundo que las rodea.

Hoy en día, además, esta búsqueda está fuertemente influida por el entorno social y, especialmente, por las redes sociales. TikTok, Instagram o YouTube están llenos de tutoriales, retos y tendencias de belleza que marcan referencias poderosas para las adolescentes. Pintarse los labios, probar una base nueva o compartir rímel entre amigas no solo es un juego: también es una forma de pertenecer, de conectar y de compartir. Para padres y madres, puede ser desconcertante o preocupante ver estos cambios tan rápidos, pero es completamente natural sentirse así. Lo importante es acompañar con escucha, comprensión y límites sanos, sin perder el diálogo.

⚖️ Acompañar: poner límites con respeto

No se trata de decir “sí” o “no” a todo, sino de encontrar un equilibrio que permita acompañar esta etapa con coherencia, cercanía y respeto. La adolescencia no es una batalla de control, sino una oportunidad para fortalecer la comunicación y guiar desde el vínculo. Poner límites es importante, pero hacerlo sin desautorizar sus emociones o invalidar lo que sienten es clave para mantener la confianza.

💬 Consejos prácticos para un acompañamiento saludable:

  • Estableced juntos algunas reglas claras y negociadas: por ejemplo, “en casa puedes maquillarte como quieras, pero para salir depende del lugar y la ocasión” o “el maquillaje natural está bien, pero evitamos el uso excesivo en el cole o en actividades formales”.
  • Sustituye la crítica por el diálogo abierto: en lugar de decir “vas demasiado pintada”, prueba con “¿qué te gusta de ese estilo?”, “¿cómo te hace sentir?” o “¿te gustaría probar algo diferente?”. Estas preguntas abren la conversación y les hacen sentir que sus decisiones importan, incluso si no siempre se comparten.

Acompañar desde el respeto no significa estar de acuerdo en todo, sino estar presentes, disponibles y dispuestos a comprender antes de juzgar. Esa es la base para construir una relación sólida y saludable durante toda la adolescencia.

🚫 Compartir maquillaje: un gesto común, pero poco saludable

Compartir maquillaje entre amigas es una costumbre muy habitual durante la adolescencia. Ya sea en una reunión, en el baño del instituto o antes de salir, muchas chicas intercambian pintalabios, rímel, coloretes o polvos como un gesto de confianza, cariño o simplemente por curiosidad. En esa edad, estas prácticas se perciben como algo natural, incluso divertido. Sin embargo, detrás de ese gesto tan cotidiano, puede haber riesgos para la salud que muchas veces pasan desapercibidos.

El principal problema está en el contacto directo que los cosméticos tienen con zonas sensibles como los labios y los ojos. Al compartir un pintalabios o una máscara de pestañas, también se pueden estar compartiendo bacterias o virus, lo que puede provocar contagios. Es relativamente común que se produzcan irritaciones en la piel, infecciones oculares como la conjuntivitis, o incluso la transmisión de herpes labial, aunque los productos se vean «limpios» o apenas hayan sido usados.

Además, muchos adolescentes no prestan atención a la higiene o a la fecha de caducidad del maquillaje, lo que aumenta el riesgo de que estos productos acumulen gérmenes o se deterioren. Por eso, es fundamental explicarles que los cosméticos son de uso personal, igual que un cepillo de dientes. Enseñar estos hábitos desde el respeto y la información es una forma más de promover el autocuidado y la responsabilidad en esta etapa de descubrimiento.

Compartir sí, pero no todo. Cuidarse también es quererse.

💡 ¿Cómo explicárselo sin generar rechazo?

  • “Maquillarse es divertido, pero los productos son personales, como la ropa interior o los cepillos de dientes.”
  • “No es por desconfianza, es por cuidado: así os protegéis entre todas.”
  • “Tener tu propio maquillaje es parte de hacerte responsable de tu autocuidado.”

Puedes animarla a tener un pequeño neceser con productos solo suyos, incluir toallitas de limpieza facial, y revisar juntas las fechas de caducidad de los cosméticos.

Si estás viviendo esta etapa, no estás solo. Es normal sentirse un poco perdido cuando tu hija pasa de juegos a maquillaje, de dibujos a tutoriales de belleza.
Pequeños hábitos, como no compartir maquillaje, también son gestos de cuidado hacia sí mismas y hacia las personas que quieren.

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