La adolescencia es una etapa de grandes cambios físicos, emocionales y sociales. Es cuando el cuerpo crece más rápido y, al mismo tiempo, se construyen hábitos que pueden durar toda la vida.
Desde la Asociación Española contra la Meningitis (AEM) te ofrecemos una guía sencilla para acompañar la alimentación de tu hijo o hija en esta etapa, fomentar elecciones saludables y saber cuándo conviene consultar al médico si algo no va bien.
🧠 ¿Por qué es tan importante la alimentación en esta etapa?
Entre los 12 y los 18 años, el cuerpo necesita más energía, más nutrientes y una buena hidratación para crecer con equilibrio.
Una alimentación variada y adecuada en esta etapa ayuda a:
- Favorecer el desarrollo físico y mental.
- Fortalecer el sistema inmunológico.
- Mejorar el estado de ánimo y la concentración.
- Prevenir carencias nutricionales y enfermedades futuras.
🥦 ¿Cómo fomentar una alimentación saludable sin imponer?
Sabemos que en la adolescencia, la relación con la comida puede cambiar: aparecen nuevas influencias (redes sociales, amigos), horarios desordenados, prisas…
Aquí van algunos consejos útiles y realistas para motivarles desde el ejemplo y la libertad responsable:
✅ 1. Involúcrale en las decisiones
Ir juntos a la compra o planificar el menú semanal puede generar interés por lo que come. Pregúntale: “¿Qué plato saludable te gustaría probar esta semana?”
✅ 2. Ofrece variedad, no perfección
No se trata de que coman perfecto cada día, sino de ofrecer opciones equilibradas: frutas visibles en casa, snacks saludables (y atractivos) como hummus, yogur natural con toppings, frutos secos…
✅ 3. Habla de energía, no de peso
En lugar de centrarse en calorías o físico, enfoca los alimentos como una fuente de energía para estudiar mejor, rendir en el deporte o mantener el ánimo estable.
✅ 4. Respeta sus gustos, pero pon límites suaves
Puedes pactar momentos “libres” para comer lo que les apetezca, siempre que también incluyan frutas, verduras o proteínas durante el día. El equilibrio es más sostenible que la rigidez.
✅ 5. Evita juicios en la mesa
Comentarios como “otra vez no comes nada” o “con eso no vas a crecer” pueden aumentar el rechazo. En su lugar, puedes preguntar: “¿Qué te apetecería que preparemos diferente la próxima vez?”
🚩 ¿Y si no tiene apetito o rechaza la comida?
Es normal que el apetito fluctúe con el estado emocional, la actividad física o el estrés académico.
Sin embargo, si notas que tu hijo o hija:
- Pierde peso de forma visible.
- Rechaza alimentos básicos durante varios días.
- Come muy poco o evita comer delante de otros.
- Presenta cansancio constante o cambios de humor sin motivo aparente…
Entonces es importante consultar con el médico de familia o pediatra. Podría tratarse de un malestar emocional, una carencia nutricional o, en algunos casos, el inicio de un problema de salud que necesita ser atendido.
Acompañar la alimentación de tu hijo adolescente es también una forma de cuidar su salud física y emocional. Con paciencia, diálogo y ejemplo, es posible fomentar hábitos que les ayuden a crecer con energía y bienestar.
Y si en algún momento algo te preocupa, recuerda: preguntar al médico es siempre un buen primer paso.