Y otra historia que nos remiten, también otro caso de meningitis siendo bebé y con los mismo síntomas que otros casos que hemos compartido, pro ello muy atentos todos cuando vemos aparecer las petequias acompañado de fiebre y vómitos. Síntomas que invitamos a identificar en este link.

Vamos con la historia de Rocío, que nos ha mandado su mamá, remontándonos al año 1988…

Mi hija contaba con 18 meses de edad cuando se puso muy muy mala. El día de Nochebuena, por la mañana, fuimos al médico ya que la noche anterior la había pasado con fiebre alta y vómitos. El médico que la reconoció nos dijo que eran placas y nos mandó una medicación, ella sufría mucho de la garganta y nos fuimos algo más tranquilos pensando que sería eso.

Pero esa noche, su estado empeoró ya que aparecieron unas manchitas rojas en su piel y estaba muy apagada. Así que nos fuimos directos al hospital. Una vez allí le hicieron infinidad de pruebas, y la ingresaron en la U.C.I. Tras las pruebas nos dijeron que se trataba de meningitis meningocócica pero lo peor no quedó ahí… Tenía también septicemia meningocócica.

Mi hija estaba muy muy grave y nos dijeron que si llegaba al día siguiente sería un milagro.

Aquella noche sólo nos dejaron entrar 2 veces a verla. Fue una noche horrible, la peor de nuestras vidas, pues no sabíamos que pasaría con la vida de mi hija.  Pero el milagro ocurrió: al día siguiente a las 7 de la mañana, en el cambio de turno, nos llamaron que Rocío había despertado, que la iban a trasladar a una sala de observación. Las palabras textuales del médico fueron: «Hoy su hija ha vuelto a nacer».

Tras esto, estuvo 48 horas en observación las cuales la trasladaron a planta, mientras tanto, le repetían pruebas y no podía entrar nadie a visitarla. Y su estado iba mejorando por momentos. Ya que la semana siguiente, el día de Nochevieja, nos dieron permiso para pasar las fiestas en casa y al volver después de año nuevo, nos dijeron que todos los análisis habían salido limpios y que no tenía ya nada mal y nos dieron el alta.

15 días después la llevé a su pediatra para un reconocimiento y me dijo que si no le hubiera llevado el informe médico no se habría creído nada ya que no tenía secuelas de la meningitis que había sufrido hacia un mes.

Lo más curioso, que un hermano de mi madre y una hermana mía, han padecido meningitis, ambos sin secuela alguna y en épocas aún peores.

Con este testimonio no quiero restar gravedad a esta enfermedad, al contrario, nosotros hemos tenido suerte. Por eso recomendamos encarecidamente la vacuna.