Entre los 6 y 12 años, los niños comienzan a ganar autonomía: van al cole solos, comparten juegos en el recreo, intercambian cromos, meriendas o botellas de agua.
Enseñarles buenos hábitos de higiene no solo es útil, sino una forma de cuidarse a sí mismos y a los demás de manera sencilla, sin perder la diversión.
Desde la Asociación Española contra la Meningitis (AEM) te compartimos claves para fomentar rutinas saludables desde casa, de forma natural y sin alarmismos.
✋ Lavarse las manos: un gesto pequeño con un gran impacto
Enseñar a los niños a lavarse bien las manos es una de las herramientas más efectivas para prevenir contagios.
Especialmente antes de comer, después del baño, de tocar superficies compartidas o al volver a casa del cole o del parque.
Hazlo fácil y divertido:
- Usa canciones cortas o juegos mientras se lavan las manos.
- Asegúrate de que saben hacerlo con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
- Anímales a llevar su propio botecito de gel hidroalcohólico en la mochila.
🚫 “Esto no se comparte”: enseñar sin reñir
Sabemos que compartir lo es todo a estas edades: botellas de agua, pajitas, vasos, chuches, chapas, maquillaje, pintalabios, incluso el cepillo del pelo.
Pero hay cosas que es mejor no compartir, aunque cueste:
- Vasos y cubiertos.
- Cosméticos o accesorios personales.
- Auriculares o cascos.
- Mascarillas o pañuelos.
¿Cómo explicárselo sin asustar?
Con frases como:
🔹 “Compartir está genial, pero hay cosas que usamos solo nosotros.”
🔹 “Así nos cuidamos entre todos, igual que cuando tú te lavas las manos.”
🧠 Educación desde el ejemplo
Los niños aprenden lo que ven. Si en casa ven que tú también te lavas las manos al llegar, evitas compartir objetos personales y mantienes hábitos higiénicos, lo incorporarán sin esfuerzo.
Puedes convertirlo en algo cotidiano:
✅ Antes de la merienda, nos lavamos las manos.
✅ Cada uno lleva su propia botella.
✅ Cuando estornudamos, usamos el codo o un pañuelo.
🌈 Un hábito que vale oro: prevenir sin preocuparse
Adoptar pequeñas rutinas ayuda a evitar infecciones comunes como resfriados, gastroenteritis, piojos… e incluso enfermedades más serias que se transmiten por contacto.
No se trata de asustar, sino de darles herramientas para cuidarse desde la confianza y el juego.
Desde AEM creemos que educar en prevención es una forma de acompañar a nuestros hijos en su día a día, reforzando su autonomía y su bienestar.
Fomentar hábitos saludables no significa vivir con miedo, sino enseñarles que cuidarse también puede ser fácil, divertido y parte de su rutina diaria.
Porque cuando se sienten responsables, también se sienten más seguros.